El aikidō consciente no se diferencia de lo practicamos habitualmente. Simplemente, enfatizamos más las ideas y conceptos clave que me parece que no se han entendido correctamente.
Creo que todos hemos oído alguna vez la frase «tener la mente vacía». Pues por ahí va la idea de esta práctica que propongo.
Vaciar la mente no es posible, pero sí que se pueden eliminar o apartar las ideas erróneas o no constructivas y cambiarlas por otras correctas y constructivas, que son las que nos llevan a una práctica alegre y fructífera. Para que se entienda mejor, pondré un ejemplo. Una idea muy común y no constructiva es: «esto es muy complicado y no me saldrá nunca». La misma idea cambiando la perspectiva y siendo objectivos es: «esto es muy complicado y me doy cuenta porque estoy aprendiendo, avanzando; que bien que soy consciente de ello».
Este cambio, que va en contra de una forma de hacer y de pensar adquirida inconscientemente por nuestro entorno, hace que la práctica sea una alegría constante, y que mi aprendizaje sea una consecuencia inevitable, no un objectivo.
També debemos de darnos cuenta de que en este cambio va incluido el concepto de vivir el presente, el famoso aquí y ahora del que se habla en todos los trabajos interiores, ya sean físicos como el aikidō, de la mente o del espíritu.
Como véis, es algo muy sencillo y lògico pero muy poderoso en todos los niveles, i creo que será muy bueno para todo el mundo independientemente de su nivel, aunque la gente más antigua ya lo ha entendido.
Ricard Coll